Desde que Microsoft hiciera su famoso salvapantallas de las tuberías para los Windows NT, en la época de las pantallas de tubos de rayos, ha llovido como para aguar el whisky de todas generaciones que quedan hasta que se nos meriende el sol.
En nuestros tiempos de servidores lindamente apilados en armarios en centros de datos, y sobre todo, de servidores virtuales, los protectores de pantalla en los servidores cumplen las siguientes funciones:
- Estorbar cuando queremos ver la consola
- Tener corriendo software innecesario, por lo que son superficie atacable
- Consumir recursos
Sin embargo, curiosamente, casi todos los proveedores de sistemas operativos (distribuciones GNU/Linux, Windows, etc) parecen seguir encantados con los salvapantallas. En mi estimadísima Debian, se sigue instalando por defecto console-setup, un paquete que solamente es útil si se corre X; y el kernel sigue viniendo por defecto con salvapantallas para la consola.
Como todo esto me parece un derroche, tengo por hábito (ansible mediante o a mano, según) especificar en la línea de opciones del kernel lo siguiente:
consoleblank=0 gfxpayload=text nomodeset nofb
La forma más cómoda de hacerlo es dpkg-reconfigure grub-pc.
Con esto, lo que hacemos es quitar de en medio el framebuffer y dejar la consola en riguroso texto de 80×25 que, aunque no queda mono para hacer una serie de televisión, es lo que normalmente se necesita; y quitamos de en medio el que la pantalla (que no existe) se quede en blanco para «protegerla». Al abrir la consola virtual de este servidor, veremos en seguida lo que está contando (si es que se cuenta algo), y evitamos la habitual incómoda minucia de mandarle una tecla para que lo haga.
Comentarios recientes