Cuando las cosas se van al guano, o sea, pocas veces pero más que las que uno quiere, a veces se acaba necesitando sacar máquinas virtuales de un almacenamiento, a mano, con las mayores garantías de integridad pero sobre todo tardando lo menos posible, para que los usuarios de las mismas no sufran más que lo mínimo y esa noche, a ser posible, se pueda dormir un ratito.
Hay más de una forma de pelar un gato, y cuando se trata de mover máquinas virtuales a mano en entornos vmware, hay muchas: scp, el explorador de archivos del cliente de vCenter, cp o mv sobre los directorios en que están montados los almacenamientos, rsync (que no va de serie, pero un binario estático va de maravilla) y algunas más.
Pues bien, para mover rápido y con garantías, lo más conveniente es una herramienta que:
- Tire de la librería de discos del hipervisor
- Conozca y respete los discos «thin provisioned»
- A ser posible, venga ya de serie.
Esta maravilla existe: se llama vmkfstools. Así en plural.
El procedimiento no es directo pero tampoco es ciencia aeroespacial:
- Eliminar la máquina virtual del inventario, para evitar interferencias.
- Copiar el fichero de definición de la máquina virtual (.vmx y .vmxf al directorio destino) con un vulgar cp
- Clonar el/los disco(s) con vmkfstools -i /volumen/origen/disco.vmdk /volumen/destino/disco.vmdk -d thin.
- Añadir la máquina destino al inventario.
- Limpieza y acabado.
Et voilá. Esta estrategia es la más rápida y, al usar disklib, nos garantiza el trato más correcto al fichero del disco de la máquina virtual, así como la mayor velocidad de copia.
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